A pesar de ser el enfant terrible del hip-hop underground, los álbumes más provocadores e irónicos de Tyler, The Creator mostraron su ansiedad y autodesprecio. Pero hasta su cuarto álbum como solista, Flower Boy, de 2017, aceptó su papel de cronista, despojándose de su constante llamado a la conmoción y abrazando las expresiones detrás del mal de amores y la soledad. Emergió como un autor que sobrepasa el género, tan propenso a crear rimas como a cantar en un falsete pharrelliano, aterrizando en la intersección del hip-hop, neo-soul y jazz chill. En muchos sentidos, Flower Boy predijo hacia dónde se dirigía la música en su todo, gracias a las primeras apariciones de futuros creadores de éxitos como Steve Lacy y Kali Uchis. Aunque Tyler tiene una larga lista de amigos (Frank Ocean), héroes (Pharrell Williams) y superestrellas del rap (A$AP Rocky, Lil Wayne, ScHoolboy Q), Flower Boy sigue siendo la declaración personal de un artista único a partir de la cual el hip-hop tomó una dirección nueva y audaz.