Esta versión evoca la magnificencia de las amadas montañas de Strauss. La habitual afinidad de la Goteborgs Symfoniker por la obra del compositor alemán es evidente en su apasionada lectura de la partitura, que sigue el recorrido de un caminante por los Alpes desde el amanecer hasta el atardecer. Pero lo que verdaderamente nos encanta de esta grabación es la claridad de los detalles. Nagano no se limita a desatar el poder explosivo de su nutrida orquesta, sino que aborda la belleza pastoral de la partitura con sutileza y emoción delicada.